El estómago de los niños puede ser más sensible y presentar más enfermedades que en la edad adulta; en este artículo sabrás cuáles son las causas más comunes de estas afecciones, así como la mejor forma de evitarlas y mantener saludable la pancita de los más pequeños de tu hogar.
El aparato digestivo de los niños suele presentar infecciones o molestias debido a que están expuestos a virus y bacterias de forma más recurrente que los adultos, por lo que es normal que las enfermedades se produzcan y dañen su salud digestiva.
Enfermedades estomacales en niños: causas y padecimientos más comunes
Existen diversos factores y enfermedades que pueden llegar a desarrollar estas enfermedades de carácter digestivo como son:
- Cuadros de estreñimiento, los cuales son más comunes en bebés.
- Irritación e inflamación estomacal provocada por reflujo, síndrome de intestino irritable, enfermedades inflamatorias intestinales, entre otras afecciones adyacentes.
- Intolerancia a ciertos alimentos o composiciones de alimentos procesados.
- Cuadros diarreicos.
- Exposición a tratamientos de radiación.
- Comer alimentos en mal estado.
- Beber agua contaminada.
Dentro de estas variantes destaca la diarrea, una de las enfermedades a las cuales están expuestos la mayoría de los infantes y que es provocada por consumir alimentos contaminados o en mal estado, lo que fomenta el desarrollo de bacterias, virus o parásitos que dañan el estómago e intestinos.
Al no tratarse adecuadamente y a tiempo, la diarrea puede llegar a provocar una deshidratación severa y hasta la muerte, por lo que siempre es recomendable acudir al pediatra quien indicará el mejor tratamiento a seguir.
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Recuerda que la dosis debe ser señalada por tu médico.
Al saber esta información te preguntarás: ¿Cuál es la mejor manera de evitar estas situaciones que pueden dañar la pancita de tu pequeño por tiempo indeterminado?
No te preocupes, a continuación, te decimos algunos consejos y hábitos que te ayudarán a mantener el estómago de tu hijo en las mejores condiciones posibles.
- Enséñale a lavarse las manos de manera frecuente, sobre todo antes de comer y después de ir al baño. Esto evitará en gran medida que las bacterias, virus y parásitos lleguen a su estómago y causen enfermedades.
- La limpieza es un elemento que no puede faltar, por lo que te recomendamos mantener sus juguetes y espacios de esparcimiento lo más limpios posible.
- La hidratación es imprescindible, recuerda que beber agua purificada de forma constante debe ser una constante en la vida de tu hijo.
- Lava y desinfecta sus alimentos, también asegúrate de que se encuentren en buen estado antes de prepararlos.
Ahora ya lo sabes, prevenir es ir un paso adelante, así como nada reemplaza el recibir orientación médica permanente.
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